La historia del bonsái
Seguro que has visto alguna vez esos árboles en miniatura plantados en pequeñas macetas o bandejas, ¿verdad? Es un espectáculo precioso ver la réplica de las fuerzas de la naturaleza en ese arbolito, que a veces incluso da frutos en un entorno totalmente controlado. Este tipo de arte de cultivo y gestión de plantas en miniatura se conoce en todo el mundo como Bonsai. En este post vamos a hablar un poco de este antiguo arte.
Bonsai (盆栽) significa literalmente «cultivo en macetas». No hay ninguna explicación que pueda aclarar completamente los orígenes de este arte, pero una teoría relativamente famosa es que la práctica comenzó en China en la Dinastia Tang (618-906)y fue llevado a Japón en el Período Nara (710-794). Esta práctica del Bonsái, sin embargo, no sería tal y como la conocemos hoy en día.
De hecho, el término que probablemente se utilizaba para referirse a este antecedente era, en pronunciación china, penjing (盆景, en la pronunciación japonesa "bonkei"). El penjing, por su parte, consistía en reproducir paisajes enteros en macetas o bandejas, y no se centraba necesariamente en las plantas. Hay, por ejemplo, representaciones de montañas, colinas, ríos y paisajes más amplios.
La práctica de algo más parecido a lo que hoy se conoce como Bonsái no comenzó probablemente hasta principios de los años noventa, durante el Período Kamakura(1192-1333). Sin embargo, no se llamaba Bonsái ni siquiera bonkei. El término utilizado era, cuando se deletreaba, era kango (漢語, palabras de origen chino-japonés), bonsan (盆山, que literalmente significa "montaña en bandeja") o, si se expresa en wago (和語, palabras de origen japonesa), ueki (植木) o hachi no ki (鉢の木) que puede significar «árboles plantados [en macetas]».
Es sólo en el Período Edo (1603-1868) que la práctica empezó a ser reconocida como Bonsái, pero incluso entonces el término solía ir acompañado del más general hachi ue (鉢植え, planta en maceta), lo que puede sugerir que la práctica aún no había alcanzado el estatus de forma artística independiente del cultivo de plantas. En cualquier caso, fue en el periodo Edo cuando el bonsái empezó a adoptar las formas con las que está más familiarizado y a ganar cada vez más espacio y seguidores en la sociedad japonesa hasta que, ya en el Período Meiji (1868–1912), la práctica del bonsái se reconoció como un arte específico que se diferenciaba de los cultivos más generales.
Características generales del Bonsai
Pero, ¿cuál es la diferencia entre cultivar y criar bonsáis y simplemente cultivar y criar plantas en macetas? Lo más importante es, sin duda, el compromiso y la apreciación de cultivar la planta en miniatura. En otras palabras, cultivar un Bonsái no es simplemente plantar un árbol en una maceta y limitar su crecimiento a través de la maceta, lo que también generaría una miniatura, sino manejarlo y cultivarlo para que incluso en la maceta pueda desarrollarse como si estuviera creciendo en estado silvestre. En este sentido, el Bonsái trata de realzar estéticamente las posibilidades biológicas de una planta a la vez que la cultiva en miniatura.
Cualquiera que haya intentado alguna vez tener una planta en maceta en casa sabe que cuidarla no es tan sencillo como podría parecer. Las plantas tienen su propio tiempo, cada una necesita unos cuidados y una composición del suelo específicos, más o menos exposición al sol, más o menos agua, etc. En el Bonsái, las cosas se complican aún más porque el objetivo de este arte es reproducir un árbol en miniatura como si estuviera creciendo en un entorno natural. En la naturaleza hay viento, piedras, hierba, a veces fruta, etc. Intentar reproducir todo esto en miniatura en un jarrón requiere mucha paciencia, persistencia y contemplación/observación.
Todo ello obliga al cultivador de Bonsáis a llevar a cabo una serie de procedimientos específicos, como podadas recurrentes, uso de alambres para dar formas específicas a la planta, cuidado esmerado del suelo para controlar el crecimiento, etc. Al tratarse de un cultivar, no existe un Bonsái completo o definitivo. Cultivar un Bonsái significa apreciar y entregarse al proceso y a los cambios que experimenta la planta mes tras mes, estación tras estación, año tras año.
Así, cada Bonsái cuenta una historia única, moldeada por la persona que lo cultivó y todos los cuidados que conlleva. Es importante, por tanto, tener en mente los caminos que quiere seguir con su Bonsái antes incluso de empezar a cultivarlo. Saber elegir la especie de planta que quieres cultivar, los cuidados que requiere, los periodos en los que fructifica, si es que fructifica, saber elegir la maceta ideal para tu planta, etc., todo ello tiene una relación directa con el proceso artístico del cultivo del Bonsái.
A estas alturas, probablemente ya te habrás dado cuenta de que el Bonsái no es sólo una bella forma de arte, sino también una práctica que puede proporcionarnos preciosos momentos de contemplación, respeto, paciencia y reverencia por la naturaleza, ¿verdad? Cultivar un Bonsái, cultivar una planta para que se convierta en una obra de arte, requiere planificación, dedicación, cuidado, respeto y sensibilidad. Para muchas personas que se aventuran a cultivar un Bonsái, la práctica va más allá de una simple actividad de jardinería y se convierte en un medio para conectar con la naturaleza más profundamente, cultivando no sólo árboles, sino también paz interior y calma contemplativa.
¿Un bonsái flotante?
A pesar de la práctica milenaria del Bonsái, todavía hay lugar para muchas innovaciones dentro del género. Los practicantes de este arte también pueden apropiarse de las nuevas tecnologías y los conocimientos científicos. Un ejemplo reciente y muy famoso es la obra de Imayoshi Masanori. Imayoshi se dedica a explorar nuevas posibilidades a la hora de cultivar sus Bonsáis y ha plantado Bonsáis en una variedad de recipientes inusuales como tazas de té, cuencos de arroz, etc. Una de sus creaciones más famosas es el mini Bonsái:
Pero quizá la creación más impresionante de Imayoshi sea el Bonsai Flotante (空中盆栽, kûchû bonsai), desarrollado y presentado entre 2015-2017. Los Bonsáis flotantes son exactamente lo que su nombre indica, ¡bonsáis que flotan! Imayoshi utiliza la fuerza de los imanes para estabilizar su creación, que consiste en un contenedor colocado debajo de un piedra-pomez o bola de musgo en la que se cultiva realmente el Bonsái. El impacto visual de la creación es notable y todo el trabajo necesario para que estos minibonsáis flotantes lleguen a este punto ¡es conmovedor!
¿No es asombroso el Bonsái, el arte de cultivar y manejar plantas en miniatura? ¿Ha pensado alguna vez en tener un Bonsái? Si es así, ¿qué tipo de Bonsái te gustaría cultivar? ¿Qué le parece aventurarse en este mundo de tantas posibilidades y belleza?